¿¡Pero como puede gustar tanto darle una segunda oportunidad a una prenda!?
Creo que me entenderéis cuando os presente este vestido de encaje.
Este vestido es de mi hermana María, es más peque que yo y ahora acaba de cumplir sus 16 años. No para de crecer y muchos de sus vestidos se le están volviendo cortos. Pero ¡no hay problema que no le ponga solución un DIYer! Y esa es la actitud verle el potencial a lo que tenemos y exprimirlo al máximo.
Aplicada la filosofía a este caso, el principal problema del vestido era la falda por lo que optamos por cambiarla. Guardando así la parte del cuerpo que tantos detalles bonitos tiene. Con esta idea lo que conseguiremos es un efecto falda y top ¡Genial!